Cae el Sol
- La Señal Música
- 28 abr
- 3 Min. de lectura
por Carlos Hidalgo.
La Señal Música, en su idea de hacer justicia, revisa discos que escapan a las trampas del tiempo, esta vez posando la lupa en el rock nacional.
1- Soda Stereo / Canción Animal.
1990 (Argentina)
El quiebre, el peso de una realidad extinguida y el contorno difuso de una nueva posible, dominan los impulsos de "Canción Animal". La idea de transición, abierta a varios planos de análisis, juega con el fin de una relación y el inicio de otra, con el cambio de década y con una vida nueva que define los días de la banda.
La explosiva relación de Gustavo Cerati y Paola Antonucci, la revisión de los discos de rock argentino de la década del setenta y la necesidad de tomar distancia de lo inmediato y cambiar de piel, delimitaron el tono de un disco visceral, instintivo y pasional.
Las palabras de amor y desamor, las del desenfreno y la pasión, esas que dicen "las almas son tan corruptibles", "nada mas dulce que el deseo en cadenas", "me arrojaste a la inercia", "nada nos libra, nada mas queda", se pierden en un enjambre de guitarras, a veces aguijoneantes a veces cálidas, que marcan el pulso, el ánimo de las historias.

La estética del disco, balanceada en el equilibrio conceptual aportado por Daniel Melero, amplifica el poder agresivo de las guitarras, un año antes de la explosión del grunge y de la ola sónica del rock argentino, sin perder el tacto y la elegancia, imprescindibles en el universo de Soda Stereo. Las piezas de su autoría, la oscura y lacerante "Canción Animal", la bella y serena "Hombre al Agua" y la cristalina y luminosa "Cae el Sol", son la prueba perfecta del espíritu perseguido.
La pieza que se aparta de la idea central, la que rompe el molde, es "Té para Tres", una canción acústica, invadida por un ligero aire de baguala (quizá influido por haber colaborado con Leda Valladares), en la cual Gustavo Cerati cuenta un triste episodio familiar, una pieza que contrasta con la discreta elegancia de "1990", la hipnótica ilusión de "Un Millón de Años Luz" y el desborde pasional de "De Música Ligera".
La idea de cambio, si bien fue efectiva y palpable, siempre sostuvo un ancla emocional en su propio origen y para afirmarlo, desde la portada del disco, se sugiere a través de las figuras elegidas, que representan la inocencia, el equilibrio y la pasión, la personalidad y el lugar de cada uno, una valiosa revelación de la intimidad grupal.
"Canción Animal" tiene la exquisita cualidad de ser un disco sin tiempo y edad.
"Canción Animal" (álbum completo)
2- Sumo / Divididos por la Felicidad.
1985 (Argentina)
Luca Prodan fue el nexo, el elemento aglutinador, de un extraño seleccionado de músicos, de voluntades con recorridos, ideas e intereses diversos y divergentes, que jugaban desde la estética post punk en Sumo y desde el reggae en La Hurlingam Reggae Band. Luca en medio de una actividad entusiasta y desordenada, con los músicos supliendo lugares de una y otra banda, decidió fusionar sus proyectos bajo el nombre de Sumo.
El instinto y el talento, la sabia administración de esa curiosa amalgama, dio origen a una de las bandas más originales y personales del rock de Argentina. El sonido, directo y caliente, que se ahoga en una multiplicidad de formas y estilos, en el que caben el rock, el post punk, el reggae blanco, la psicodelia y ciertos vestigios, reflejos involuntarios de jazz, tuvo un primer acercamiento al disco en "Corpiños en la Madrugada", un registro valioso y testimonial.

Si bien en "Corpiños en la Madrugada" hay episodios brillantes, "Teléfonos/White Trash", "F'you" y "Warm Mist", fue en "Divididos por la Felicidad", donde una buena parte de sus canciones, se afianzan y encuentran su identidad, la síntesis perfecta del universo Sumo. La claridad y limpidez del sonido, le dan nueva vida y espíritus robustos, a temas como "La Rubia Tarada", "Divididos por la Felicidad", "Mejor No Hablar de Ciertas Cosas" y "Debede".
Si bien el título, a través de un juego de palabras, hace alusión a Joy Division, la banda indispensable e inspiradora de Luca, en el disco hay piezas brillantes que escapan a esa idea. El reggae suma tres gemas "No Acabes", "Regtest" y "Reggae de Paz y Amor", el ska encuentra su clima en "Kaya", el rock en "No Duermas Mas" y las formas abiertas y semi experimentales en "Mula Plateada".
"Divididos por la Felicidad" es el primer eslabón, la piedra fundacional de una discografía, breve y esencial.
"Divididos por la Felicidad" (álbum completo)
La Señal Música (Spotify)
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